EDUCACIÓN EN EL FUTURO


¿Cómo será la educación del futuro? La pregunta es recurrente en los ámbitos académicos y su respuesta, que puede parecer una quimera, quizás no lo sea tanto. Un informe de la organización  estadounidense Getting Smart, dedicada a estudiar temas relacionados con la educación, juega a hacer algunas proyecciones y presenta un esbozo de cómo podría ser la educación de las próximas generaciones, en concreto en 2035.
Atendiendo al avance de las tecnologías y las sociedades y proyectándonos hacia cómo sería el mundo y la educación en 2035, se plantea que ser bilingüe será tan básico como aprender a sumar. También que los futuros alumnos estudiarán en un ambiente con mayor inteligencia artificial, desarrollos tecnológicos y en espacios abiertos, aunque ello no supondrá la pérdida de valor de la educación cara a cara.


Entre varios puntos importantes, el informe trata algunos de los siguientes temas:

Acceso a la educación





El acceso a la educación será más fácil gracias a las tecnologías móviles. La disponibilidad de las conexiones a Internet cubrirá casi todos los territorios, incluso en zonas rurales. La realidad virtual estará muy presente y la escritura se producirá a través de comandos y teclados, en perjuicio de la escritura caligráfica, que quedará para las clases de Arte.




Cambiarán los objetivos básicos de educación

Las habilidades básicas de educación evolucionarán desde sumar, restar y leer de hoy, a la gestión de proyectos, la colaboración y el dominio de dos o tres idiomas de forma fluida en el futuro, que se tratarán como materias básicas del desarrollo educacional.
Emprender e innovar estará en el ADN de los estudiantes y será más importante analizar  e interpretar datos, que codificarlos -puesto que esta última tarea se automatizará-, así como los aspectos relacionados con la creatividad, la expresión y la relación con el arte, la música y el lenguaje.

Y los espacios de aprendizaje

Los centros educativos tradicionales serán sustituidos por grandes espacios que fomenten ambientes de estudio comunitarios, colaborativos y virtuales. La oferta académica asimismo también será mucho más variada en contenido y en forma. Y además se fomentará más la práctica de deporte.
También cambiarán el tiempo y espacios de aprendizaje, generalizándose las plataformas de aprendizaje virtual. Cada alumno recibirá recomendaciones de formación de acuerdo a su perfil y recibirá en tiempo real sus resultados y la evaluación de sus progresos, así como sus tareas y objetivos.

Nuevas conexiones docentes-estudiantes-familias

La relación entre educadores y familias de estudiantes se intensificará. El educador actuará como un asesor para dar a conocer todas las opciones de aprendizaje virtuales en las que profesores, padres y alumnos estarán interconectados y monitoreados. También se fomentará y multiplicará la movilidad de los docentes.  Por otra parte, la relación entre empresas y estudiantes se modificará proporcionando al alumnado experiencias laborales para aumentar sus conocimientos y habilidades.

Se acabará la titulitis

Obtener los títulos académicos tras completar los cursos correspondientes al colegio, la escuela secundaria o la universidad seguirá siendo importante, pero no exclusivamente. A los logros académicos se sumarán otras credenciales que los estudiantes necesitarán obtener para demostrar sus competencias en distintas áreas. Y la gran diferencia es que el aprendizaje se exigirá que sea permanente, por lo que la relación entre universidad y titulados se extenderá a largo plazo.

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